Pocas películas
hay que te hagan gozar del cine como lo hace ésta. La historia de un hombre que
lleva treinta años sin escribir porque no encuentra la gran belleza.
Comienza cuando
celebra su 65º cumpleaños, una fiesta de absoluto desmadre en su ático con
vistas al Coliseo Romano y a un anuncio de Martini. Si alguien pidiera que le
hiciera un resumen de la historia, las peripecias, etc., sería realmente
difícil porque apenas hay. Son secuencias del transcurso de su vida, con
algunos flashback a su juventud. Así, sabremos que sólo ha estado enamorado de
una mujer; que es periodista, inteligente, que no se deja engañar por los
falsos artistas, vendedores de humo, pretenciosos y vacíos; que lleva una vida
frívola, codeándose con los romanos ricos y frívolos; que es sincero consigo mismo,
y por ello nos dirá que es cínico, con una vida fracasada, como la de todos sus
amigos; que a pesar de ello, sus reflexiones en voz alta nos muestran a un ser
humano mucho más profundo de cómo aparece ante los demás; que el marido de la
mujer a la que amó, se presenta un día para decirle que ella ha muerto y que
él, Jep Gambardella, es el único hombre a quien ella en realidad amó; que
parece que ha encontrado a una mujer adulta, interesante, con la que tal vez
pueda haber algo interesante; que esta mujer fallece de cáncer; que un amigo
intenta escribir algo importante, pero es un mediocre y acaba por volver al
pueblo, con su familia porque Roma es una ciudad muerta; que un amigo hace
desaparecer ante sus narices a una jirafa pero, como el amigo le explica, es
sólo un truco; que comprende que la vida es sólo un truco, un engaño para
distraernos de la muerte; que tanto las fiestas y la frivolidad como la vida
religiosa, cuasi mística, forman parte de ese truco; que, cuando comprende
esto, es cuando se decide a escribir la novela, porque sí, porque hay que
seguir.
Y mientras, se
nos muestra Roma, la ciudad eterna, con música realmente maravillosa, clásica
casi siempre. La belleza de las imágenes, la puesta en escena por parte del
director, Sorrentino, realmente perfecta, hermosa. Eso es todo, no hay mucho
más. Poco después de cumplir los 65, tiene una pequeña fiesta, un encuentro en
su casa con unos amigos. Entre los invitados hay una mujer muy bella. Él la acompaña
a su casa, hacen el amor pero, cuando ella le va a mostrar la gran cantidad de
fotos que se hace y que cuelga en Fb, él desaparece. Acaba de descubrir que no
tiene edad para perder el tiempo con tonterías (en este caso, con mujeres que a
pesar de la edad siguen comportándose como adolescentes). Otro episodio
interesante sucede en el momento de la muerte de la mujer de la que parece que
está a punto de enamorarse: toda la escena transcurre a cámara lenta, con
música mezcla de country y folck, él está en un bar, acaba de comprar tabaco,
se dirige al baño, en el camino una mujer mayor sentada junto a la puerta del
WC le coge la mano, como si quisiera leérsela, él se da la vuelta, ya no quiere
entrar a hacer pis, y mientras se aleja, escuchamos a la vieja decirle “¿y
quién va a cuidar de ti ahora?”, y la cámara nos muestra un primer plano de su
rostro, asustado, sorprendido, como si la vejez lo acabara de visitar y lo
hubiera llevado al borde del abismo. En realidad, todas las escenas, todas las
secuencias, forman parte de una única reflexión, la de cómo vivimos hasta que
nos llega la muerte. Vivimos engañándonos a nosotros mismos. La película acaba
con la última reflexión de Jep mientras recuerda (y nosotros vemos) el momento
y el lugar en el que perdió la virginidad con la mujer a la que amaba.
“Siempre se termina así, con la muerte.
Pero, primero, ha habido una vida escondida bajo el ‘bla, bla, bla, bla, bla’.
Todo está resguardado bajo la frivolidad y el ruido, el silencio y el
sentimiento, la emoción y el miedo, los demacrados e inconstantes destellos de
belleza; la decadencia, la desgracia y el hombre miserable. Todo sepultado bajo
el manto de la vergüenza de estar en el mundo, bla, bla, bla. En otros lugares
hay otras cosas. A mí no me importan los otros lugares. Así pues, que empiece
la novela. En el fondo, es sólo un truco. Sí, sólo es un truco.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario